El concepto de vivir está relacionado con la capacidad que tiene el ser humano de administrar los recursos internos conforme a las necesidades de adaptación al medio. El desarrollo del capitalismo ha traído como consecuencia una administración de estos recursos caracterizada por la acumulación del capital en unos pocos, a expensas de un proceso de exclusión/destrucción, que afecta tanto a los seres humanos y a la naturaleza, sometiendo toda realidad a los intereses del sistema y poniendo en serio peligro la subsistencia del planeta por la explotación desmedida de sus principales recursos y la posesión de armas nucleares con una potencia capaz de destruir varias veces la tierra.
Este modelo de desarrollo con un dominio político,militar, tecnológico y cultural basado en la introducción acelerada de nuevas tecnologías, principalmente en las ciencias cibernéticas, biológicas, cognoscitiva y del micromundo, es justificado en el concepto de globalización neoliberal, donde se pretende reducir los espacios, tiempos y fronteras entre países en una integración y dominio de los mercados y tecnologías sobre la economía, al servicio de las grandes transnacionales.
Esta situación ha provocado un vivir en un mundo lleno de contradicciones, donde se acumulan conocimientos científicos y técnicos, desarrollo de la inteligencia humana y riquezas como jamás se había imaginado, pero somos incapaces de sacar de la pobreza y la explotación a más de la tercera parte de la humanidad.
Esta globalización provoca una cultura única y un pensamiento hegemónico que proclama el fin de las utopías y donde se pretende imponer un modelo ideológico individualista de realización de la vida donde el trabajo se reduce al empleo, el amor al sexo, la salud a enfermedad, la calidad de vida al bienestar económico de la familia, la persona al individuo, con un empobrecimiento marcado de la espiritualidad humana, siendo la única religión el consumismo desenfrenado, con un espíritu de competencia que deshumaniza a las personas.
Se está perdiendo la sociodiversidad y otras formas de saber que no tienen carácter científi co, utilizadas en culturas precedentes y través de miles de años. La visión del buen vivir se traduce en eficiencia, eficacia y competitividad; comer, vestir y beber bien. La gran paradoja consiste en que actualmente en el mundo se duplica cada tres meses la información y cada quince años el conocimiento, pero no se produce sabiduría y más bien se está perdiendo, como forma superior del saber, que trata de enseñarnos, no lo que hay o se puede hacer para un buen vivir, sino que es prudente hacer o no, de una manera dialéctica, sistémica y compleja para salvar a la humanidad de la gran contingencia en que se encuentra.
¿La actual crisis global que se vive no es al final una mal vivir en los actuales sistemas o relaciones?; ¿acaso no es el vivir individualista del hombre en sus modelos insostenibles de desarrollo, basados en la opulencia, el consumismo y el despilfarro, lo que ha conducido a las actuales generaciones a un eminente peligro de extinción? ¿No es hora de ubicar a todos los hombres en el centro de la problemática, pues ahora parece que está en peligro la naturaleza, el clima, los animales, mientras que el hombre y sus instituciones mantienen su pureza?; ¿cuál es nuestra responsabilidad con el medio ambiente y las demás personas que nos rodean?
Para responder a estas interrogantes se hace necesario reconceptualizar nuestro concepto de buen vivir en uno que respete los derechos de la naturaleza y la sociedad como un todo; esto requiere correcciones básicas en nuestros valores, virtudes y comportamientos.
Toda la humanidad unida está llamada a la búsqueda de una nueva forma de vivir que supere el ideal simplista y unipolar actual y tenga como centro la responsabilidad que tiene el hombre den la defensa de la sostenibilidad de la vida, con una ética de respeto a la diversidad de entornos humanos y materiales y la comprensión de que el ser humano es una unidad compleja física, biológica, síquica, cultural, social e históricamente.
Ello supone que hombre no solo se debe educar en los parámetros académicos, sino en una integración de todos los saberes tradicionales y no tradicionales que incluya lo humano, lo natural, lo ancestral y divino; el reto es enseñar a las nuevas generaciones a aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir, de manera de coexistir en paz, armonía y equilibrio con nuestro entorno.
Basado en estas consideraciones la humanidad tiene derecho a buscar alternativas en un nuevo pensamiento utópico basado en el pacifismo, la solidaridad y el ecologismo, que con funciones orientativas, valorativas, críticas y esperanzadoras, sea capaces de guiarnos hacia una sociedad fundamentada en la justicia a la naturaleza y los demás hombres. Para ello se hace necesario cambiar el concepto de globalización neoliberal por el que propone Johan Galtung cuando
expone: «La globalización debe ser un proceso que cuente con la participación de todas las generaciones, todos las razas, todas las clase sociales, todas las naciones, todos los estados de cara a un mundo mejor».
Este nuevo concepto de globalización supone cambiar actitudes, aptitudes y destrezas que hagan posible una nueva sociedad que sustituya las siguientes concepciones:
• De una globalización individualista a una solidaria y fraterna.
• De una globalización con patrones consumista a una con patrones de racionalidad que tenga en cuenta los límites de la naturaleza.
• De una globalización dominada por el mercado a una en equilibrio donde prime el valor de uso sobre el valor de cambio.
• De una globalización desigual a una con equidad y oportunidades para todos.
• De una globalización dominada por el saber científico a una donde se apliquen todos los saberes en igualdad de condiciones.
• De un globalización saturada de información y conocimiento a una donde se imponga la sabiduría.
• De un globalización donde se mide el desarrollo por indicadores económicos y externalidades por
una donde el desarrollo se evalue por indicadores ecológicos, y calidad de vida y bienestar para todos.
• De una globalización con un pensamiento simplista a una con un pensamiento dialectico, complejo y sistémico.
• De una globalización donde prevalezca el capital financiero a una donde el de mayor valor sea el capital humano.
• De una globalización con políticas impositivas a una de diálogo entre todos.
• De una globalización basada en amenazas de muerte a una llena de esperanzas de vida.
• De una globalización dominada por conflictos bélicos a una de paz y armonía entre todos.
• De una globalización especializa y sectorizada a una integradora.
• De una globalización gobernada por unos pocos a una basada en el gobierno de todos.
• De una globalización de cultura única a una donde se respeten todas las culturas y creencias.
• De una globalización excluyente a una incluyente y participativa.
• De una globalización saturada de números, abstracciones y objetos a una basada en las relaciones humanas reciprocas.
En resumen una humanidad que busque una nueva bioética basada en una sabiduría capaz de garantizar la supervivencia de la especia humana y que respete una convivencia colectiva considerando como pecados capitales los siete planteados por Mahatma Gandhi de: riqueza sin trabajo, placer sin conciencia, conocimientos sin carácter, negocios sin moral, ciencia sin amor a la humanidad, religiosidad sin sacrificio y política sin principios.