Al estructurar este libro nos ha guiado el propósito de poner a disposición de un amplio público las ideas fundamentales que conforman la propuesta político-pedagógica de la educación popular.
Ese público está integrado sobre todo, aunque no únicamente, por personas que realizan trabajo social y comunitario, maestros y profesores, extensionistas agrícolas, promotores de salud, delegados del Poder Popular, promotores culturales y cualquier persona que coordine o dirija grupos, instituciones o proyectos.
El texto ha sido organizado en dos partes. La primera contiene trabajos sobre los orígenes y la historia de la educación popular y la segunda la denominamos “La propuesta de la educación popular”.
En esta segunda parte incluimos textos escritos por Paulo Freire y entrevistas realizadas a este importante educador brasileño, considerado el máximo exponente de esta concepción; allí pueden encontrarse las ideas esenciales que va elaborando y reelaborando a lo largo de muchos años como resultado de su accionar y su reflexionar.
También, se incluyen análisis sobre la educación popular de varios autores que valoran, enriquecen y critican no sólo las ideas del educador brasileño, sino la práctica misma de la educación popular que se extendió por toda América Latina desde principios de los años 80.
Luego, aparecen diversos trabajos que explican aspectos particulares de carácter teórico y metodológico que van dando, además de una visión conceptual, aplicaciones múltiples que en nuestro contexto puede tener esta propuesta. Así, hay textos sobre la comunicación popular, el sentido del uso de las técnicas participativas, el diseño de procesos formativos, la coordinación de grupos, diagnósticos participativos, la perspectiva de género y sobre la educación popular ambiental, entre otros.
Varios de estos trabajos están elaborados por integrantes del Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr., asociación civil cubana que desde 1995 realiza un programA de formación de educadores y educadoras populares y de acompañamiento a experiencias locales que funcionan desde esta concepción de trabajo educativo. Estos artículos se han nutrido de esa experiencia desplegada tanto en Cuba como en escenarios latinoamericanos.
Desde nuestro punto de vista, la educación popular, como concepción y metodología de trabajo educativo puede contribuir al mejoramiento de las prácticas formativas en nuestro país, entendiendo por tales, además de los procesos que denominamos explícitamente como “formativos”, las diversas maneras en que se organizan y funcionan los proyectos, y las organizaciones e instituciones sociales, comunitarias, escolares, profesionales, políticas, de desarrollo local, entre otras, cuya labor sólo será perdurable si logra una transformación en la conciencia de todos los implicados.
Esa concientización, de acuerdo con esta concepción, no se logra por la vía doctrinaria, ni por la repetición y menos aún la imposición de metas, conductas y valores, sino por la constitución, como sujetos, activos, pensantes y actuantes de todas las personas involucradas en estos procesos. Es una concientización que parte de los sentidos y las prácticas concretas de los grupos humanos, que desde su reconocimiento crítico van a incorporar, fortalecer, o constituir nuevos sentidos y prácticas más solidarias y humanas.
Esta corriente no reconoce un único saber como el válido, ni descalifica el saber popular ni las culturas populares; todo lo contrario, reconoce como punto de partida de todo aprendizaje el saber común, que ha brotado de la práctica misma, pero no se queda en él, sino que lo pone a dialogar con otros saberes para enriquecerse mutuamente. No intenta imponer normas culturales como las mejores; se propone lograr síntesis enriquecedoras entre culturas diferentes aunque no desiguales en calidad.
No sobrepone la teoría ante la práctica, ni su contrario, si no que concibe el proceso de conocimiento como la relación dialéctica entre acción y reflexión. Cree con Freire, que la teoría sin práctica es palabrería y la práctica sin teoría es practicismo o como Gramcsi, que la teoría sin práctica es hueca y la práctica sin teoría es ciega.
Reconoce la imposibilidad de que nadie lo sepa todo, ni que nadie no sepa nada. El que cree saberlo todo perdió la oportunidad de aprender y termina desligándose de la realidad. El que menos informado parezca es un experto de su cotidianidad y esa experticia tiene un enorme valor social, político y humano.
Éticamente, esta concepción político pedagógica está enraizada en el pensamiento y los valores emancipadores; proclama que la participación y el diálogo son el camino para la generación de un conocimiento válido y para la constitución de sujetos liberados de las diversas formas ancestrales de dominación y enajenación, y por lo tanto el camino hacia un mundo más justo, libre y humano.
Los invitamos a adentrarse en las páginas de este libro, que no brinda recetas, sino caminos, no recorridos en muchos casos, difíciles y llenos de riesgos, que obligan a pensar crítica y creadoramente, pero que parecen inevitables si queremos hacer perdurables las conquistas y alcanzables los sueños sin realizar de nuestro pueblo.
Martha Alejandro
María Isabel Romero
José R. Vidal