¿Es usted una persona inteligente?

Manuel Calviño

A pesar de que algunos piensan que “no están de moda los inteligentes” la inteligencia es una de esas cosas que todo el mundo desearía tener. Hasta el más hermoso párvulo se adorna con especial distinción cuando los padres dicen y es muy inteligente”. Más preciada se torna la inteligencia cuando reconocemos que su antónimo más común es criterio de denigrante sabor ofensivo: “Qué bruto es […] es un animal. Es posible decir que desde hace mucho tiempo la inteligencia es una cualidad que distingue muy favorablemente a las personas que la poseen, con independencia de cualquier otra característica que le acompañe.
La inteligencia provoca incluso, indulgencia para muchos defectos. En todos los rincones de la tierra se le reconoce su valor. Y es que la inteligencia, afirmo con Martí, es “el germen escondido del bienestar de un país”.

Pero muy pocas cosas parecen más complicadas de evaluar que la inteligencia, por una sencilla razón que es casi una paradoja: ¿Sabemos qué es la inteligencia? ¿Qué es lo que hay que tener para ser inteligente? La pregunta es de respuesta difícil y múltiple, no solo cuando se plantea en el complicado terreno de la ciencia, sino también cuando en las calles de nuestra ciudad, en algún local donde nos reunimos con nuestras amistades, nos animamos a una reflexión acerca de la inteligencia de alguien.

Unos dicen que es un don casi divino, una suerte que el azar pone en el camino existencial de algunas personas. Otros consideran que es una cualidad con la que se nace, pero que necesita ser cultivada con la tenacidad del estudio. No faltan los que la consideran una virtud de la vejez y la identifican con la sabiduría. Inteligencia es para muchos un arsenal ilimitado de conocimientos al que se llega por el camino de la dedicación absoluta a la adquisición del saber. Más popularmente, la inteligencia se asocia a la capacidad de encontrar respuestas rápidas y eficientes a las diversas situaciones y problemas que se nos plantean en nuestra vida. Se identifica con “tener chispa”, ser una persona con “agilidad mental”. Inteligencia es también la capacidad que tienen algunos de hacer algo que se considera difícil.
Lo cierto es que una vez que se acepta que el sentido común es el menos común de todos los sentidos, el próximo paso es considerar que la inteligencia es una capacidad bastante mal distribuida entre los seres humanos, algo así como una especie rara, quién sabe si en extinción. Los inteligentes son los menos, los pocos, los diferentes.
Es la excepcionalidad la que hace a la inteligencia. El criterio parece ser “poder hacer algo que los demás no pueden hacer”. Poder hacer algo con imagen de superioridad, de distinción, de logro. Unos pueden más que otros. Yo puedo más que los demás. La inteligencia entendida como un discriminante y no como un aglutinante, resulta entonces un concepto no para la socialización, sino para el individualismo.

Sin embargo, todo es relativo. Ya lo sabemos. ¿No será también la inteligencia algo relativo? Y si así fuera ¿relativa a qué es la inteligencia? Einstein a los 12 años ya conocía la geometría de Euclides, pero obtenía muy bajas puntuaciones en varias asignaturas. La historia registra personas con un coeficiente de inteligencia superior a los 100 puntos (en un escala de 100), pero nadie recuerda sus nombres ni le agradecen nada que perdure. Personalmente he visto tanta supuesta inteligencia desperdiciada, inteligencia para nada, que no puedo aceptar la idea de que el mero hecho de “tener inteligencia” (tener conocimientos especiales, habilidades muy desarrolladas, capacidades diferenciales, entre otras) es sinónimo de ser inteligente. ¿Es inteligente quien dedica su vida a descubrir un líquido que lo disuelva todo aunque luego no haya dónde conservarlo (porque lo disolverá)? ¿Es inteligente el que con su inteligencia genera la destrucción de la vida, es decir, de sí mismo?
Aunque sea menos interesante y espectacular, contando con el permiso de Binet, Simon y Terman, padres de los tests de inteligencia, lo invito a sumarse a los que consideran que la inteligencia es una capacidad bastante bien distribuida entre los seres humanos. En principio todos somos inteligentes, solo que en cosas diferentes. En cada ser humano hay capacidades que lo hacen útil y necesario para otros seres humanos, para el desarrollo de la vida misma. Por lo que la inteligencia es sobre todo saber para qué somos inteligentes, que quiere decir, en qué nuestras capacidades son más eficientes y representan además posibilidades instaladas para desarrollar nuevas posibilidades.

Lo invito a hacerse cargo de la idea según la cual la inteligencia no puede ser entendida más allá de la ética. La excepcionalidad de ciertas capacidades, no puede ser un criterio de estar por encima o por debajo, de ser mejor o peor, sino tan solo un modo de ser diferente. La diferencia no nos hace desposeídos o poseedores únicos, no nos hace ni buenos ni malos. La inteligencia no es un crédito definitivo de honestidad, de solidaridad, de sensibilidad humana. Escribió Sor Juana Inés: No es saber, saber hacer / discursos sutiles vanos; / que el saber consiste sólo / en elegir lo más sano. Estar del lado de la bondad, del bienestar, del bien compartido. Poner nuestras capacidades al servicio de la felicidad de los seres humanos. Hacer lo que nos corresponde a favor del crecimiento de todas las personas. Eso es tener inteligencia. Eso es ser inteligente. Entonces pregúntese ahora: ¿es usted una persona inteligente?

A continuación le presentamos un reto a su agilidad mental. Son apenas cinco preguntas. Respóndalas, y después verifique si sus apreciaciones son correctas o no.

Preguntas – Para los cubanos el 26 de julio es una fecha de especial significación histórica y patriótica: el asalto al Cuartel Moncada, continuación de las luchas por la independencia y la soberanía nacional. ¿Tienen los mexicanos un 26 de julio?

– En Cuba existen 588 km de playa. Sin embargo, por el momento tan solo 256 km forman parte de las ocho regiones turísticas principales. ¿Puede un turista conocer el territorio total que ocupan las playas
en Cuba?

– La inseminación artificial es un método ampliamente utilizado en Cuba para el desarrollo de la Industria Ganadera. ¿Cuántos animales de cada sexo son necesarios para llevar a cabo con éxito ese procedimiento?

– “El mojito”, conocido coctel cubano, se prepara a base de ron, limón, hierbabuena, azúcar y agua de soda. En el “Cuba libre” los ingredientes son ron, hielo, refresco de cola y gotas de limón. ¿Cuál de los dos prepararía si solo tiene un vaso?

– ¿Es cierto que en la novela Cecilia Valdés, un clásico de la literatura cubana, el protagonista se casa con la hermana de su viuda y por esta razón es repudiado por su familia que además le retira los bienes familiares que poseía?

Respuestas

– Por supuesto que sí. Los mexicanos tienen en su calendario la fecha 26 de julio, solo que esa fecha no tiene la misma significación que tiene para los cubanos. Visite Santiago de Cuba y comprenderá aún mejor lo que le digo.

– Por supuesto que puede. El dato no es secreto. En el enunciado lo dice: el territorio total que ocupan las playas en Cuba es de 588 km. No deje de conocer alguna de esas playas, son verdaderamente hermosas.

– Uno de cada sexo. Que no entren en “contacto directo” no significa que no sean necesarios un macho y una hembra. La hembra se insemina artificialmente con lo que se extrae del macho de manera también artificial.

– Si solo tiene un vaso no puede preparar ninguno de los dos. Le faltan los ingredientes (ron, limón, azúcar, hierbabuena…). En cualquier establecimiento puede comprar estos ingredientes o sencillamente pedir los cócteles ya preparados. No deje de probarlos.

– Imposible. Un hombre no puede casarse con la hermana de su viuda porque está muerto. No hace falta leer la Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde para saberlo. Pero es una excelente novela. Se la recomiendo.

Evaluación de los resultados

Si respondió correctamente las cinco preguntas puedo asegurar que usted leyó con cuidado los enunciados y esto es bueno. Nunca se sabe dónde nos pasan gato por liebre.

Si solo respondió bien a cuatro preguntas le sugiero que no se preocupe, hay muchas cosas más importantes que responder erradamente a preguntas de este tipo.

Si su acierto fue en tres preguntas, entonces usted ha tenido un desempeño superior al 50 % ¿le parece poco?

Si acertó en una o dos preguntas le confieso que lo que intentamos fue que usted se equivocará todas las veces. De modo que los que erramos fuimos nosotros.

Si no logró responder adecuadamente ninguna de las preguntas no se preocupe. El hecho de haber comprado este libro y leer al menos este texto ya es un acto que denota que es usted una persona muy inteligente.